En una emotiva celebración del Jueves Santo, el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, presidió la conmemoración de la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, recreando el lavatorio de pies y la institución de la Eucaristía, uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico.

La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen a las 17:00 horas, donde monseñor lavó los pies de uno de los 12 niños y jóvenes que participaron representando a los apóstoles. Los menores forman parte de los grupos de catequesis y juveniles de la catedral, y estuvieron acompañados por sus padres, quienes también participaron lavando los pies de sus hijos en un gesto de humildad y amor cristiano.

Durante la homilía, el obispo destacó el valor espiritual del lavatorio de pies como un acto de servicio, entrega y fraternidad, recordando que Jesús instituyó la Eucaristía durante esta misma cena, al bendecir el pan y el vino como su cuerpo y sangre, para que sus discípulos y la Iglesia entera lo recibieran en comunión.

La misa del Jueves Santo es una de las más importantes del Triduo Pascual, y este gesto simbólico refuerza el llamado a vivir la fe con humildad y servicio hacia los demás.