Este miércoles dio inicio en el Vaticano el cónclave para elegir al nuevo papa, tras la renuncia del pontífice Francisco. Desde las 15:00 horas locales (7:00 a. m. del centro de México), se activaron medidas de aislamiento absoluto: se cortaron las señales telefónicas y de radio, y los cardenales entregaron sus dispositivos electrónicos como parte de un riguroso protocolo de confidencialidad.

Un total de 133 cardenales electores provenientes de 71 países se han instalado en la Capilla Sixtina, donde se llevarán a cabo las votaciones. La Santa Sede ha dispuesto vigilancia por inteligencia artificial, control satelital y barreras tecnológicas para impedir cualquier tipo de filtración.

El cónclave arrancó con la tradicional misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien hizo un llamado a la unidad y comunión de la Iglesia. Tras la ceremonia, los cardenales ingresaron a la Capilla Sixtina, cerrando las puertas detrás de sí, en el inicio de una deliberación que podría extenderse por varios días.

La elección se decidirá cuando uno de los candidatos alcance al menos 89 votos, equivalentes a dos tercios del total. La primera votación se llevará a cabo la tarde de este mismo día, y se espera que la primera “fumata” –probablemente negra– se observe entre las 18:00 y 19:00 horas locales.

Una vez electo, el nuevo papa pasará a la llamada “Sala de las Lágrimas” para vestirse con la sotana blanca y luego será presentado al mundo con el tradicional anuncio: Habemus Papam.

Este cónclave es considerado por analistas vaticanos como uno de los más abiertos en la historia reciente, sin un claro favorito y en medio de tensiones entre corrientes progresistas y conservadoras dentro de la Iglesia Católica.